Carme Raichs: creatividad, energía y vida a través de la palabra

carme_raichs_3Carme apareció un día en el aula de informática de la mano de una compañera, una señora que ya asistía a clase. Me la presentó y enseguida me explicó que usaba el ordenador para escribir pero que quería aprender a hacer algunas cosas que le parecían muy complicadas. En aquel momento estaba iniciando, sin saberlo, una amistad con una persona que hoy es un ejemplo de vitalidad, creatividad y optimismo, y uno de los mejores regalos que me ha dado mi experiencia docente. Carme empezó a venir un par de días a la semana y enseguida me di cuenta que no estaba delante de una personalidad corriente: perfeccionista, curiosa, siempre con la sonrisa en el rostro.

Poco a poco fue cogiendo confianza y me empezó a mostrar su trabajo; y de repente, me sentía pequeño, muy pequeño, junto a aquella mujer que a pesar de sus dificultades con el Powerpoint era una escritora consumada con una imaginación y una capacidad creativa que enriquecerían mi vida para siempre. Carme ha publicado numerosas obras literarias, especialmente poesía: Un tomb pel temps, Recull de pensaments, Poemes a tres temps, Mosaic poètic y Blau, entre otros. Recuerdo que siempre llegaba a clase con alguna pregunta nueva… “Gabri, me tienes que explicar cómo se hace esto” y día tras día yo le echaba una mano en el ordenador y ella me mostraba las historias que traía en su cabeza y su particular visión del mundo, la visión de un espíritu inquieto, con una mente de niño que no para de imaginar y crear cosas… siempre de color amable y esperanzador.

Esta santboiana nacida en Agramunt (Lleida) ya no es una alumna, ahora es una amiga, y continuamos aprendiendo el uno del otro, especialmente yo de ella. Ha ganado numerosos premios literarios como la Flor Natural de los Juegos Florales de Otoño que otorga la Generalitat de Cataluña, pero siempre dice que todavía tiene mucho por aprender. Además de escribir, colabora en el programa de radio “La vida a cierta edad”, organiza tertulias poéticas cada miércoles en la biblioteca, y también publica en un blog, con un poco de mi ayuda, poemas y reflexiones para un envejecimiento activo. Ha tenido que dejar las clases de poesía que daba para gente mayor, la edad no perdona, dice, pero ya me gustaría tener la mitad de su vitalidad de aquí a 30 años.

Estas son sus palabras sobre la experiencia en el uso y aprendizaje de las TIC: “Hoy, la tecnología no es ningún misterio para la gente mayor, a pesar de que nos deja agotados. Estamos entrando en un tiempo en que los jubilados desterramos el miedo –de la ignorancia- de hacer cursillos para aprender a saber nadar en este inmenso mar de la red informática que nos permite –desde casa, desde los centros culturales o asociaciones y también desde las bibliotecas- entrar en este fascinante mundo de Internet. Y por cierto, no se nos caen los anillos por preguntar cualquier duda que tengamos a nuestros nietos. Estos mozos, pequeños profesores de la más moderna tecnología informática.

El colectivo de la gente mayor hemos dado un paso de liebre al no querer quedarnos atrás, por el contrario, ¡queremos estar al día! Bastante sabemos todos, que cada nueva etapa sirve para enriquecer nuestros conocimientos mientras damos agilidad a las manos. Al manejar el teclado, sacamos el polvo de la mente, acertando y equivocándonos en este aprendizaje; decía mi abuela siempre: haciendo y deshaciendo la gente aprende. Y con el proceso adecuado cada uno de nosotros, hoy con Internet, tenemos una herramienta de comunicación. A la gente mayor se nos ensanchan los horizontes y se nos abren las puertas a todos los países del mundo.

Si todavía hay entre el colectivo de gente mayor alguien que está dudando en acercarse a esta tecnología de la informática, desde nuestra web os animamos a que lo hagáis, aunque al principio nos agote. No nos vale la frase: ¡ya llego tarde! Si uno quiere, nunca llega tarde. El colectivo de gente mayor, tenemos voz, ilusiones y ganas de ser parte de la sociedad. Jubilados no quiere decir acabados, todo lo contrario; tenemos mucho que decir, mucho por hacer en el tiempo de nuestro otoño. Por eso, el primer paso, es hacer un buen reciclaje de nosotros mismos. El segundo paso es saber querernos, a nosotros, para hacer crecer la autoestima, para así, poder querer a los otros sin ningún prejuicio y, el tercero, trabajar con todas nuestras fuerzas por un envejecimiento activo, digno y positivo, siempre, con la fuerza de un buen diálogo: escrito o bien hablado. ¡La comunicación es vida!

¡Fuera e miedo y aprende informática, que rejuvenece las neuronas!”

Gabriel González.

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